24 ene 2012

Diluvio universal

Este invierno
apenas ha llovido como antes.

Resulta extraño, 
pero el cielo borrascoso de los parques
no ha sabido abrir su puerta
al negro reincidir de la tormenta.

No tuvieron las aguas
la bondad de hacerse de notar
en mis paseos, siquiera
amargaron con su ausencia
el dulce aburrimiento compartido.

En fin, será que en nuestro invierno
jamás debió llover como debiera.

Aun así, yo digo que el diluvio
concede una respuesta
a todos los problemas importantes.

Tan solo interroguemos a las nubes.
Gritémosle a los dioses.
O tengamos cierta fe en el viento.

Debiera de nacer así
un nuevo sol indemne
en todas partes.