Ignoro si en mi sueño
quise solo inspirar lástima
o si en verdad sufría.
Supongo
que en aquella visión
relativa de mí mismo,
representé a la astuta víctima
que aprovecha ciegamente su miseria.
Jugué así con la cordura,
inventando ciertas leyes absurdas.
No merezco ahora
entrever en vuestros ojos
el sutil punto débil del silencio.