18 jun 2011

El reino

Por compartir la vida se reúnen los amantes. Su identidad entonces no es lo esencial: todos las máscaras del universo danzan en ellos, amotinándose, jugando a demostrar que el universo carece en sí de fondo y que cada animal nace con un alma que adivina los secretos del silencio. Siempre se reúnen, siempre para acelerar el pulso de las aguas, que guía su conducta: pues no hay culpa allí. Miradlos bien. Jamás los habréis visto tal que ahora. Jamás los hallaréis del mismo modo. Miradlos. Su visión conlleva ya el esperar más luz de los naufragios. Y ahora preguntadles: han vuelto a recordar en su clemencia el saber incesante de los astros. Ningún filósofo, ningún artista, ladrón o consejero podrá jactarse ante la perfección de los amantes. Han estado aquí desde el principio. Y serán por ello los últimos en irse.