1. Estar preparado para el amor es estar preparado para el rechazo. Pues este sentimiento, una vez madurado, es el único don que puede darse eternamente sin recibir nada a cambio.
2. El amor es en sí mismo una cuestión de fondo. Todos nuestros conflictos interiores pueden anteponerse a él, y hasta proyectarse aparatosamente hacia el ser amado. Pero si este sentimiento se da como debe ser, su invisible inercia ayudará en no pocas ocasiones a remediar lentamente esos ínfimos males.