23 may 2011

Preparación del duelo

La verdad es obvia desde siempre: los días cobrarán sentido, y después de hallar lugar en la corriente, partiremos. Habrá luego un juicio irremediable, un arduo comparar la brisa con el viento, un sol que no estremezca las antiguas paredes de este hogar sin nadie.

Si alguno de vosotros aún conoce de mi suerte aquel renglón que ignoro, espero tenga la prudencia de pensar de cuando en cuando un cantar de despedida, sin que haya en vuestros labios fiebre alguna, ni más acritud siniestra, ni impotencia.

Algún día partiremos, y si aún amáis a quien os ama, pensad también, de cuando en cuando, en lo que solo corresponde a cada uno después de rebasar su tiempo entre los vivos.

Mi única petición es esta, mi humana expectativa ante el silencio: tened en cuenta alguna vez aquel lugar concreto.

Que lo que ardió sin tregua en nuestras fuerzas, mantenga vivos sus rescoldos para el resto.