11 mar 2011

Implícito

Sigo hablando el lenguaje súbito, el mismo que impacienta el aire. El que reconduce hacia las alamedas. Su luz no se comunica en lo dicho, ni siquiera en el modo de aquello que se dice. Si hablo por hablar con la que pretendo tanto, un gorrión desciende desde aquel paisaje y cualquier brisa ocre concilia nuestras voces. Esto puede ser alucinación o imprudencia, pero ya solo quiero entrever el trasfondo de esta historia, y afirmar en un descuido lo que ella aún no ha confesado.