17 nov 2010

Indiferencia

Nombró Pessoa en un largo poema
la estampa de los indiferentes,
ajedrecistas sombríos que hollaban el tablero
desde una ciudad cercada por la guerra.

También nosotros, que aún juzgamos necesario
perder amablemente el tiempo
mientras los imperios devoran y conspiran,
seguimos el ejemplo que exaltó Pessoa.

Nuestro ajedrez es un televisor cansado,
una ópera de Wagner,
un melodrama romántico.