23 oct 2010

Generación espontánea

Van al cine, se conmueven,
visten como actores indecentes.
Beben solo para entretenerse.

Jóvenes aún, amigos siempre.

Sutiles si ridiculizan algún verso,
critican con razón, superan sin complejos
la música que escuchan sus parientes.

Felices en la noche, les gusta parecerse.

Contrarios a la muerte,
juzgaron la cordura
creyendo que el periódico y los héroes
mentían solamente en contadas ocasiones.

A veces los envidio. Solo a veces.

No saben que el amor concede
el sordo privilegio del desprecio.
Ignoran que la raíz de sus juegos
esconde un final no feliz en la memoria.

(Expongo este pensamiento
al filo del rencor, por encima del hecho
de haber sido semejante a ellos).