26 may 2010

Solicitación

Me llamas. Aún te pertenece, dueña de la nada,
algún silencio amortiguado por el alba.
Te he escuchado tantas veces. ¿Qué prometes?
Yo amo estos días, reconozco
no haber estado nunca preparado para verte.
Cuanto más te niego, más deprisa crecen
las raíces que contengo en mis palabras.
Y entiendo que este amor por la existencia
se aleje un poco más de ti, reconciliándome
con un frío proceder entre los sauces.
Sabes lo que temo. Anuncias demasiado
cuando invoco tu importancia a guarecerme.
Pero es la vida, la inconstante creadora,
la que ofrece su mano para alzarme.
Tú no puedes hacer nada, amante del culpable,
señora que destruyes lentamente lo que amas.

Pues muerte eres, común solicitación
que no podré negar aunque ignore tu llamada.