11 may 2010

Proyectos

Escribir un libro. Uno de tantos. Después dejar que me devore lentamente todo lo que en él no he dicho. Y así, escribir otro. Que al final, al trazar el último signo de mi vida, aún quede por decir lo que nunca he dejado de ignorar sobre mí mismo. Pues ciertas omisiones carecen de importancia. Ya describirán por mí mi asombro los que vengan a negarme.