31 may 2010

Concordar las palabras con la vida

Pesa lo escrito. Uno debe acercarse,
estar en lo que dice si blasfema,
blasfemar ante la luz cuando renuncia
a decir lo que conviene. Y eso pesa.
No es fácil contaros de la muerte,
ni negar lo que comienza sin verter
un poderoso veneno que fascine
al criminal y a la víctima.
Tanto hablar del cuchillo
para luego reprender al enemigo
que traicionó en defensa propia.
Pues hay palabras que pueden,
igual que la ignorancia puede,
llenarnos de preguntas verdaderas
que solo han respondido los instintos.