15 mar 2010

Vindicación




No podrá llevarme la palabra
más allá de este solsticio, fuera de mí,
hacia la herencia fortuita
de mejores recintos.

La poesía transcurre en el ahora.
Es aquí donde su importancia
cobra sentido de llegada,
de norte clandestino
visible solo para los que aguardan
regresar al fin de un imposible.

El tiempo del poema es nuestro tiempo.

En sus jardines
no hay eco que reemplace
la música que encienden sus silencios.

Hallen los que vengan ya mañana
su propia condición
de eternos herederos de sí mismos.
De íntimos deudores de un poema
que afirme hasta la muerte
lo ya sabido para siempre por sus hijos.


imagen: Georges Seurat