19 mar 2010

Para cerrar el círculo

Llegue la hora, sea breve el daño
y larga la elección del sueño último.

Quede completo el ser cambiante
que amaneció más de mil veces
deseoso de saberse ya definitivo.

No ha de serme posible saber si al fin seré
de la misma estatura
que detesto o que amo.

No hasta que la fortaleza viva de mis actos
se desvanezca en mí hacia la respuesta
que, como el niño ante el castigo, se rebela
tratando de hacer ver toda su luz
en la frontera temblorosa de mis labios.