4 mar 2010

Diversiones

Ayer reímos con la burla sombría, descendimos
al foso inmaculado de la igualdad. Amigos:
ni un solo corazón fue más áspero ayer
que la violenta comedia
de ser niños en la oscuridad.

Si fuera importante ser o haber sido alguien
con la frente herida por el llanto, yo abriría,
antiguos amigos, las puertas blancas de mi casa
a todos los espectros de la infancia corrompida,
a los hijos de la náusea, al viento y a la luna
que imploran su delirio al infeliz orate.

No hay culpa: el perdón es la palabra
que buscamos solo para no ser nadie.
Nuestro error fue creernos semejantes
al hombre que se oculta en vano de sí mismo,
desnudo en la mañana que le niegan
los furiosos, estériles jardines de la infancia
.