27 feb 2010

Justificación

Lo digo, y se me llena la boca de arena.
Solo sé hablar de dramas futuros,
de cicatrices lentas, de lluvias solemnes…
Como si amara la miseria que ofrezco,
como si buscase la luz en la escoria,
todavía me esfuerzo en relatar
oscuras canciones y algún melodrama:
exageradas historias, que tal vez pudieran
aburrir a cualquier lector entrenado.

Pero lo digo llenándome la boca
de arena y de rabia, de amor a deshoras…
Dirán que resulta patética
tanta desnudez gratuita,
tanta pretensión de importancia dudosa.

O no dirán nada, porque a nadie le importa...

Qué será más vital todavía,
que hablar de tristes sombras comunes
con la boca llena de arena incendiada.