8 feb 2010

Disciplina

El fuego es la templada disciplina
que te sitúa dentro del silencio del poema.
Y te he visto arder contra el sendero.
He visto el fuego en tu sonrisa,
letal y misericordioso: joven,
imposible de apaciguar con el esfuerzo
que contrarresta el dolor en lo que somos.

Tú, en el límite abatido de la noche,
ardías como la oración del entregado.
Y tu belleza era el sosiego mismo
que la conciencia le daría a la llama errante.

Y ya todos ardemos. Tu voluntad nos busca.

El poema favorito de nuestro recuerdo
debería seducir toda inocencia
antes de que las brasas se consuman
en la perfecta idea de un fuego benévolo.