—aunque era tarde, la ciudad es testigo—,
ante un taxista feliz pero cansado,
que el dolor que tantas veces evitamos
no sabe de ninguna queja:
hay que salir a buscarlo entre la nieve
que deja el temporal de nuestros años.
Hay que abrazarlo y aprenderlo
en cualquier calle de neón
que conduzca a la verdad de otro pasado.
Hoy, comprendo algo más de mí
y del dolor que tanto nos espera
tras el dudoso temor que inspira su silencio.
que conduzca a la verdad de otro pasado.
Hoy, comprendo algo más de mí
y del dolor que tanto nos espera
tras el dudoso temor que inspira su silencio.
Sé que hay un daño inevitable
y otro que soñamos sin que sea verdadero.
Hablando del real, que es el único que añade
un poco más de oscuridad a la memoria,
hoy me gustaría decirle a mi aliado
que sorprender al sufrimiento es vano
si no podemos decidir lo que queremos.
Pues no hay dolor que sea voluntario.
y otro que soñamos sin que sea verdadero.
Hablando del real, que es el único que añade
un poco más de oscuridad a la memoria,
hoy me gustaría decirle a mi aliado
que sorprender al sufrimiento es vano
si no podemos decidir lo que queremos.
Pues no hay dolor que sea voluntario.