18 ene 2010

El juicio y la locura

No te absolverán —aunque lo entiendan—
los enemigos íntimos del mal
que revela y consuela a tus fantasmas.
Por más que expliques tu locura,
tu juez eres tú mismo,
y, en medio de la nada,
levantas la esperanza de ser solo,
tratando de olvidar toda condena,
el mismo que esperaba lo imposible.
Mas no te absolverán, por más que ofrezcas
la noche vana de tu alma en sacrificio,
no te absolverán del mal que ya sufriste.

Que toda libertad tiene por norma
la lucha desigual de quien se obstina
en no ser nunca menos que sus jueces.