3 dic 2009

Visión de la encrucijada

Conócete, sálvate en lo distinto,
trasciende el delirio imprevisible de ser nadie.
De transcurrir ignorándote,
dependerás siempre del sol amortajado
que ya huye por entre las cornisas del silencio.

Tus límites se habrán difuminado
si cambiando cada día sobrevuelas
los montes incompletos del destino.

No pierdas el tiempo:
has sido muchos. Y serás nadie.

Mas sostén la mirada en el espejo un instante,
como el que en su esperanza por siempre desafía
las sombras más furiosas de su origen.

Contén en el mismo segundo
la intuición certera de aquello que te puebla,
el silencio asombroso que luchando te abandona.

Esto eres. Ya lo sabes. En tus ojos arde aún
la visión infinita de una hermosa encrucijada.