20 dic 2009

Verdad y literatura




No es el poema lo que perdura. La pasión, la necesidad misma de que un argumento pueda salvarnos más allá del argumento en sí, es lo que al final viene a resarcirnos en todo lo leído.

Pues lo escrito solo es evidente hasta que la realidad naufraga otra vez en sí misma.




Creo que si reconociera el verdadero problema estaría en verdad perdido, ya que lo más probable es que este no tenga otra solución que la de ignorarlo perpetuamente para vivir la ilusión de estar en paz conmigo mismo.




El único tabú que debo vencer como escritor, es el de poder hablar de lo que realmente me sucede. Lo demás es solo nostalgia e incertidumbre.