10 nov 2009

Puertas

Abrirlas todas. Cerrarlas
sólo cuando toda realidad entre
repleta de remotos estigmas.
Que no las abra el viento.
Que tu voz sea ese ariete
sutilmente dedicado a no rendirse.

Puertas. Puertas del azar en vela.
Abiertas todas con el juego de la mente.
Cerradas con el ímpetu secreto
del que anuncia otro futuro
más cercano que la propia muerte.

Llama... Y entra, y dime,
si albergas otro entendimiento,
por qué hay tantísimas presencias
en un lugar ya casi vacío.