27 nov 2009

Nada ha cambiado. Solo que ahora
me queda menos tiempo todavía.
¿Nostalgia? La misma que afloraba
si el alba me encontraba al ser yo mismo.
Ahora la luz me invita al juego,
insensible y demente,
de observar lo que he perdido
por vivir a ciegas con la noche.

No hay juegos ni manzanas
que acaso puedan devolverme al paraíso.

La fuga de mis horas es el alba
cuando llega al mismo punto
cardinal de la memoria.