19 oct 2009

Más pensamientos dudosos



I

Hoy tengo ganas de decirle a todo el mundo que se equivoca. Lo gracioso del caso es que hoy yo tampoco sé cuál es la verdad.

II

Ha entrado usted en terreno poético. Cualquier cosa que diga podrá ser utilizada en su contra.

III

Llevo diez años escribiendo. Diez años equivocando la verdadera simetría del silencio. ¿Qué pasará cuando por fin diga lo que quiero decir? ¿Podré ser yo mismo de una vez por todas o al fin seré lo que el lector haya querido comprender de mí? Con un poco de suerte, ambas cosas serán igualmente ciertas si llega el ansiado día.

IV

Va tan ligado el orgullo a la hipérbole, que un buen escritor siempre acaba avergonzándose de todo rasgo de autenticidad solitaria. La humildad de este gremio consiste en reconocer que la mayoría de lo que escribimos surge de las ideas de otros. Eso, como pretende casi toda la literatura, es triste y a su vez hermoso. Pero, sobre todo, es algo tan cierto como un poema de Valente o una confesión del mismísimo Borges.

V

No hay mayor ignorancia que no saber que en verdad ignoramos ciertas cosas.


VI

Discutamos como amigos. Si antes de empezar a hablar ya estamos en desacuerdo y por ello desconfiamos el uno del otro, este debate se va a convertir en una especie de ring donde sólo quedará en pie un afanado gritón reaccionario.