22 oct 2009

La interpretación

Siempre seré mejor actor de lo que crees.

Si ya no parezco aquel niño introvertido,
ayer avasallado mil veces por la realidad;
si hoy no me crees capaz de gritar aquí mismo
las mentiras más sigilosas, esas tristes afrentas
que llenan de luz toda desesperación,
será porque, aunque tú me comprendas,
todavía soy mejor actor de lo que crees.

Yo también sé fingir el gesto paternal
de alguien que se sabe corrompido por la duda,
también sé sonreírle al hipócrita público.
Yo, aunque a veces parezca un soñador en paz,
también siento esa rabia
que consume lentamente
a los que acaso callan la humillación del débil.

Y no es fácil interpretar un papel
que exige de una vocación perpetua.

Pero mientras quiera recobrar un tiempo inasible,
tantas veces malgastado en esperar un sueño,
tendré que ser, ya no hay remedio, otro actor más
en el triste escenario del que no afronta la verdad.