11 ago 2009

Vocación nocturna

Ciertos pensamientos arden por si solos,
prenden sin llegar nunca a iluminar
lo más hermoso de algunas madrugadas.

Así pienso la noche interior,
pienso el desorden…
Pienso la mirada que me busca en todo.
Pienso, y encuentro cierto dolor,
memoria sin fin de los días menores.

Y en la tensa quietud de la noche,
arden mis fuerzas y danzan todos los relojes.
Arden, cada vez más deprisa,
los íntimos espacios de la noche…
Se queman la luna y el silencio,
incluso el mar informe.
Y arden también las ventanas,
y todas las estrellas sin nombre,
arde la sangre atropellada de ese otro
que quedó sonriéndole al olvido.

La verdad es esa:
ciertas noches soy efímera llama oscura.
Ciertas noches
arde en mí el oscuro corazón
de todo el que soñó conmigo.
Acaso quienes llegaron a pensar
que era yo su triste semejante,
debieron encontrar tan sólo las cenizas
de ciertas noches circulares.