2 ago 2009

Por qué no ser

Y de qué habrá servido esconderse
entre páginas abstractas sin tu luz,
quisiera saber qué invención me separaba
del mundo, del dolor, o de mí mismo,
que siempre fui enemigo de las sombras,
aquellas que negaban la eterna juventud.

Sí, la belleza se oculta en todo lo que veo,
entre las frondas luminosas de los parques,
en las miradas fugitivas que no entiendo.
Mas yo me evado casi siempre
tras el azul infinito que la nada
guarda para mí en lo profundo del silencio.

No quiero ser. Duermo. Entre mis cosas
hay ciertos espejismos prodigiosos,
un corazón exhausto, verdades importantes
y algún que otro momento
en que pude ser mejor
o incluso más hermoso
que el pulso inevitable de toda soledad.

Y de qué habrá servido tanto entenebrarse
aferrado a una identidad que ya ha ocurrido.

Porque lo cierto es
que ya he amado demasiado con la sangre,
y no quiero volver a ser el mismo.
Ya todo es vanidad: prefiero continuar
como si mi papel consistiera en presenciar
la sencilla vida del que nunca fue distinto.