30 ago 2009

Las condiciones del destino




Toda condición necesita de un futuro o de un presente incierto. Un horizonte es siempre un oscuro quizás. Una dudosa sospecha podría revelar lo que está sucediendo precisamente ahora. Quiero suponer que mañana, por no decir hoy mismo, un caprichoso destino querrá enmendar todas las humillaciones de un pasado improbable. Y, aunque es inútil tratar de manipular el curso de la verdad, sé que ahora mismo puede estar floreciendo el germen de la más hermosa fortuna y también el de la más terrible de las desgracias.

El presente guarda celosamente las noticias definitivas. Toda condición necesita de alguien incapaz de prevenir lo que un día será evidente…

Hoy la muerte y el amor pueden haberse ocultado en cualquier lugar próximo al olvido. Puedo ser el amante, la víctima, el traidor o el asesino. Puedo ser la causa que ignora el sentido, la consecuencia que no sabe desde qué oscuro resorte han de articularse las repercusiones de su ignorancia.

Todo fluye dentro de un ciclo infinito que ha de repetirse en nuestra limitada memoria de los hechos. Hoy es posible el destino que mañana simplemente habrá de acontecer, de un modo u otro, para todos los que tratan inútilmente de no temer al futuro.