10 ago 2009

Al sur del cielo

Aquí, bajo la superficie infinita del mundo,
donde la soledad es casi definitiva,
la luz tiene un matiz amargo, y llueve.
Aquí las leyes innombrables del corazón
son las leyes que rigen el futuro, la verdad,
el tiempo inaprensible y el espacio.
Y, aun así, llueve.

Llueve ruidosamente en la dudosa noche,
la noche contaminada por el mismo vacío
que guarda la mirada perdida del errante.

Llueve sobre nosotros, tristes guerreros
que adivinan su futuro ante las ruinas
de un paraíso imposible de descifrar de nuevo.

Bajo la superficie infinita del mundo,
donde descenderemos los perfectos soñadores
que tantas veces despertáramos, el sol muere
antes de que en la noche clandestina
renazcan antiquísimas estrellas.

Ya he estado aquí otras veces, vagando.
Otras veces he olvidado amando lo que amo.