22 jul 2009

Tempus fugit

Triste es todavía
la idea lineal de un tiempo interminable
que fluye en occidente hacia el olvido.
Triste, también, es la memoria
que deja inescrutable en nuestros versos
las notas imprecisas
de instantes en silencio.
Yo no sé si después de nuestro cuerpo
seguiremos muriendo en lo que fuimos.
Si es así, nacemos a lo incierto,
a un tiempo que perdemos desde siempre
en años fugitivos que la vida
arroja, en consecuencia,
a lo más triste de un triste vacío.
¿Y qué voz ha de nacer después del tiempo?
¿Cómo prescindir del fuego cíclico
que arde cada día en remotos horizontes?
El reloj es paciente y no descansa nunca.
Este instante nos pertenece un solo segundo.