17 jul 2009

Caleidoscopio

Esta noche deforma mi presencia.

Estoy en lo que escribo,
está mi nombre ardiendo, cifrado
en la mentira de mis versos.

Y las fuerzas que determinan
la posibilidad de que el poema
se cumpla como un viejo ritual,
sagrado y perverso,
se concentran
en mi dudoso calendario
de lluvias y quebrados espejos.

Es fácil anhelar la muerte,
reencarnarse en vigoroso viento
que ha de esparcirse en todo.
Apuesto mi corazón en el poema
que nunca escribiré,
pero que, en esta noche,
sueño con gritar hasta cumplir
su razón de sangre y fuego.