14 jun 2009

Nombre del silencio

Persigo aquel dudoso nombre
en la dolorosa ternura que ya fue.
Horas en que negar la evidente razón
que hacía insoportable el sentimiento,
días sin sol, tardes para desear creer
en algo más que las palabras.
Aquel dudoso nombre. Aquellas tardes.
Y en mitad de nuestra tierna soledad,
la casa zozobrando. Por suerte,
la tristeza transparente del hogar
pasaba desapercibida al desnudarnos.
Aquel dudoso nombre inolvidable
en la inercia de los labios. La palabra
huyendo siempre del corazón desordenado,
escondida tras las normas de la luz
que hace comprensible nuestro llanto.

Persigo aquel dudoso nombre
que un día explique cuánto fue verdad
y cuánto amamos al callarnos.