9 jun 2009

los malos pecados

Por pensar mal de los muertos,
el niño que fui no despierta,
me aterran los siglos, la ciencia
se olvida de mí y en mi cama
la noche es ausencia.

Solo, desciendo en secreto
al atestado infierno
de la imaginación verdadera.
Y no soy yo ni son los muertos
quienes soñando se enfrentan
por algo que no es verdad,
que ni es posible siquiera.

Son los vivos, amor,
los vivos que piensan
que todo es perfecto
si al morir todo empieza.

Son ellos, amor, los vivos
que nada saben aún de sí mismos,
ellos son los que sueñan
con regresar del infierno
el día que alguien culpable
piense mal de ellos.