1 jun 2009

Donde la tarde permanece

Hace frío junto al jardín
donde la tarde permanece.
Esta dulce manera
de saber perder el tiempo
será la poesía: el ángel
disfrazado de jardín salvaje,
la atmósfera del sueño
repitiendo un corazón ingrávido,
la nada en el aire...

Pero el verano amenaza con tornar
al nítido lugar donde fue invierno.

Y hace frío junto al jardín
donde la soledad es intemperie,
donde es desnudez el cuerpo
que añora tu forma de observar la vida.

Fuiste aquella dulce manera
de olvidar la gravedad del tiempo.
Domesticaste el león y el fuego
que arrasaban desesperadamente
las horas más solemnes del deseo.

Nunca más hubo motivos
para cambiar el nombre exacto
que diste a lo desconocido.

Donde la tarde permanece
hay quien sabe que está vivo.
Y entre pájaros fugitivos
y tranquilas raíces, hay quien duerme
el mismo sueño que la naturaleza,
sin poder defenderse de sí mismo.