21 jun 2009

De sombras ideales

Perfecta es vuestra nada. Hermosa.
La muerte os ha dado la inocencia
del lento olvido, que aclarará la sombra.
Perfecto es vuestro corazón. Silencioso.
Nosotros aún sufrimos en vano
por el deber de ser justos,
por la palabra tediosa, por las exigencias
que queman la razón como un fuego difuso.
Sufrimos vuestra perfecta ausencia.
Y vuestro pasado ha de llenarnos de orgullo.

No entenderemos nunca
la suma infinita de esos gestos
que guardasteis para vosotros mismos.
Pero perfecta es la memoria
de los que no pueden volver,
de los que no se arrepentirán de nuevo
por lo que no tendrá remedio nunca.

Perfectos sois ahora.
Ahora que la perfección
os importa tan poco,
perfectos sois para nosotros.

Así que dadle claridad al mundo, vosotros,
que habéis sufrido este mismo problema,
dadle luz al eterno anhelo de ser niños
que juegan a entender las leyes de la vida.

Vosotros, a quienes la muerte ha redimido
de una culpa absurda e inocente, sabed
que ya sois más hermosos que el dolor
que pusiera en vuestro corazón
la idealizada imagen de la pérdida.