3 may 2009

la poesía

La poesía es el signo último
que la noche deja en nuestro llanto.
Luego, un sol más intenso que el olvido,
devuelve su razón a las palabras,
y la poesía es entonces el arte de la nada,
la forma que tiene el horizonte
de alejarse como un niño entre los años.
Y aunque muerda la sombra ferozmente,
la poesía sólo contendrá el frío
de una estancia en un espejo roto.
¿Por qué decir y trascender el ruido?
Huye el poema de mí, que soy testigo
de todo cuanto no conozco… Huye.
Y la soledad se pierde en las palabras
que debimos decir hace ya tiempo,
y el tiempo es esa farsa que nos muestra
idénticos los unos a los otros, vacíos,
hambrientos de luz y cegados por la duda
que cabalga entre los años como un sueño.

La poesía nos lleva hasta el ensueño
enraizado en la noche y en el llanto:
es el signo de toda obligación
que se cumple a expensas del deseo.