18 abr 2009

principios

Vivir. Y no ser nada ni nadie.
Abolir la ley indiscutible
de quien debe pronunciarse.
Cuestionar toda fe irracional
en un azar divino e inocente.
Soñar lo imposible
para saber, para entender
qué se puede obtener aún,
en este tiempo inaprensible,
de lo más hermoso de la vida.
Pasar de puntillas por el escenario
donde se representa la alegría.
Merecer la amistad de unos pocos
que jamás sepan qué sabes tú,
extraño para los demás y para ti mismo,
de sus ilusiones marchitas.
Comprender que el drama consiste
en ser lo que nunca quisiste ser.
Y por eso, no ser nada ni nadie
que deba llamar la atención
de una muerte ruidosa, en lo alto.

Vivir. Y estar de acuerdo con la vida
que nunca se detiene a preguntarnos.