Para cerrar cualquier círculo
hacen falta dos puntos,
dos puntos en la sombra,
que un día serán el mismo punto.
Hacen falta dos puntos.
Tu soledad y la mía.
La noche y un poema intacto
escrito sólo para ambos.
Dos puntos en la sombra,
como dos sombras en la nada.
Dos ríos, dos formas imposibles
de reencontrarnos todavía,
en y con el mundo.
Un lugar donde nacer,
donde morir, acaso,
después de haber amado
la nueva vida que estaba por pasar.