4 mar 2009

escrito está en el aire

Dulcemente me retiene.
Ya sabe quien soy.
Sabe bien que tras la máscara
hay un rostro tan terrible como el suyo.
Dulcemente me aloja entre sus manos.
Dulcemente, sin dudarme.

Tiento su silencio, la presiento desnuda
en el vértigo tenso y grave de la carne.
Dulcemente, sin dudarla,
peino con mis dedos tristes su nostalgia.
Así amanece muchas veces en mi sueño,
una por cada noche en vela
que aún pasaremos juntos
dejando que el tiempo nos espere.

No aguardo más de lo que ya tengo.
Es lo justo. Merezco exactamente esto.
Porque ya sabe quien no soy.
Sabe también que mi soledad es la suya
y que el amor es un gesto fortuito
que ha de perdurar hasta la noche.
Después el mismo olvido
nos devolverá a la vida,
a ese lugar desconocido
que creamos para salvarnos del dolor.