17 mar 2009

el primer día

He habitado contigo un primer día,
un dudoso páramo yermo
en que la ceguera era tan antigua,
que nada se sabía de la luz.

Así contrastamos muertes, valores,
tiempos que hallaban su más allá
en lo más terrible de nuestra ignorancia.
Habité contigo un primer día
lleno de oscuridad en la palabra.
Un primer día sin verdades,
sin conciencia del dolor
ni comprensión del común daño
que infligieron los amigos,
nuestras familias, el mundo,
los demás amantes,
y algunos enemigos.

Pero ninguno de los dos sabía,
porque entonces era demasiado tarde,
que aquel era un primer intento
para olvidar lo que fuera que hicimos
o hicieran con nosotros.

Nuestro primer día para distinguir
la íntima verdad y la verdad ajena
que rige el destino de los locos.

Nuestro primer día en el paraíso.