17 mar 2009

contemplación contradictoria

Porque todo es vida ardiente
que amando le negamos a la muerte,
el tiempo ha de ser sólo un horizonte,
lugar donde cielo y tierra ya se alejen
en la misma línea en que se encuentran
poderosas estrellas con las sombras;
donde la muerte sea parte de la vida
y la vida nazca siempre con la muerte.
Porque todo lo perfeccionará el tiempo,
si el amor es largo, larga será la vida,
larga como la muerte que sonríe
a los amantes que sufren la hermosura
de un amor que no puede ser eterno.
Sí. Sería necesaria la eternidad entera
para alumbrar la perfección
en un corazón insano como el nuestro,
que admira la belleza del dolor,
que juega a contemplar el mundo
desde una distancia inexistente.
Porque todo es vida ardiente,
amando neguémosle a la muerte
la perfección que nunca entenderemos.
Que, porque el arte de vivir es arduo,
será más fácil amar cada instante venidero
como si no hubiera sucedido lo pasado.

Aprendamos en la distracción del olvido
que una nueva vida
es otra eternidad inmediata,
más larga que el presente.