19 feb 2009

poética

Lo sé. Junto a ti no hay poema.
A tu lado, el aire es tiempo esclarecido,
no necesita de nombres ni espejismos.

Juntos, claramente desnudos todavía,
la palabra se nos vuelve amando
un viejo juego que consiste
en añorar el venidero estío.

Porque la soledad es la fuente.
Por ella me decido a veces
a escribirte siempre a ti,
que eres hija de sus sombras,
que en la palabra buscas
otra forma más simple de quererme.

Soledad que por amor te nombra.
Sé que tu ausencia es la raíz perpetua
que ilumina el fondo ciego del poema.