26 feb 2009

el rumbo de la espera

He creído arder en la roja inquietud
de todas las sombras del crepúsculo.
La esperanza dicta que este amor
debe soñar su tiempo en el vacío,
pero en el vacío duermen fieras
más reales, incluso más terribles,
que tu delicada ausencia.
Dejémonos llevar por ese viento
que trae consigo un rumbo o una vida,
de azares y súbitos comienzos
se alimenta el corazón del buen viajero
que ignora su destino.

Porque debemos creer en algo,
dejaremos de creer cuando sea en vano.
¿Después? Mentir la vida, sin palabras,
para saber que esta esperanza tibia
es tan inútil como necesaria.