15 ene 2009

soledad de enero

Llueve, amor, llueve sin misericordia.
Y el cielo es la solemne sombra
que arrastra nuestra difícil pesadumbre.
Llueve, amor. Llueve, llora…

Enero es esta lluvia melancólica.

Pero cada cual piensa en su historia,
y hay quien se resguarda en el silencio
que da de sí el cansino frío del pasado.
Hay quien mata el pensamiento
pensando, con mirada ausente,
en la lluvia que caía cuando un niño
miraba ingenuamente hacia el futuro.

Y hay quien se conforma con menos,
y se acomoda en esta nada alegre
para ver morir sus sueños.

Llueve, amor, sobre nuestros cuerpos
cae la memoria de todos los inviernos;
y la soledad certera
y la violenta metamórfosis
que dicta el dolor de la conciencia,
nos aguardan en algún instante del olvido.

Bajo la lluvia me propongo
esta dulce penitencia de esperarte
aunque los días pasen
y esta lluvia lenta y cotidiana
parezca ya nuestro único motivo.