26 ene 2009

lo que guarda el poema

Entender cualquier poema supone
entender también la vida
que fluía lenta y contradictoria.
Hay paisajes que se abren sonriendo,
iguales a una imagen del pasado
que no puede volver, pero que encuentro
en mitad de una lluvia que me sigue.

Entender el poema equivale a veces
a sonreír al autor de nuestra muerte.

Recuerdo cuando no podía dormir
porque el rencor ciego de mis noches
era más intenso que cualquier cosa.
Entonces, el paisaje era una alucinación
que consistía en existir como el poema,
porque la palabra no podía morir.

Hoy todo pasó.
Lo que no he sabido perdonar
es parte de un rompecabezas
que trato de resolver contigo.

Pero a veces no sé para quién escribo.