10 ene 2009

el sentir de las aguas

No hay verdad más recóndita
que las mudas palabras,
difícilmente necesarias,
que todo corazón guarda
celosamente de la muerte.
Pues el sentimiento se esconde
tras la absoluta evidencia del aire,
y sólo es visible
durante la callada noche
el profundo destello, la voz
que lo ensancha en lo oscuro.

Dime: ¿Qué sentido tendría
vivir hoy, todavía, siempre,
de cara al amor y al destino?
Somos aguas que pasan presurosas,
que sólo reflejan un rostro
cuando el tiempo corriente
parece detenerse
en lo más alto del olvido.

No hay verdad más recóndita
que la que el corazón guarda
de un final repetido e impredecible.