2 ene 2009

al sur

Quietud fría de enero,
mañana sola de animales en fuga,
calma sombría y quietud esbelta.

Sólo al sur aparece nuestra esperanza:
el árbol infinito y su corazón reseco,
la lluvia milenaria y el milenario fuego.

Y también tus ojos, amor,
tus ojos abiertos a este cielo estéril.

Y novedosas preguntas,
jóvenes dudas, tan hirientes
como aquella furia espléndida
de nuestros olvidados ritos.

(Pero sólo al sur veremos
estas impensables mañanas nuevas
que desharemos en sueños.)

Cielo de enero sobre tus ojos abiertos.

¿Cuántas veces el sueño
de este lugar sin tiempo
se colmó a sí mismo de serenidad fría,
hasta abarcar otra vez nuestra altura?