28 dic 2008

este futuro

Todas las canciones de entonces
guardan en su fondo de inocencia
la melancolía incierta
de una despedida tan azul
como el inevitable olvido.
Aquellos rostros nuestros,
aquella constancia,
las derrotas con las que ganamos
el lento devenir de la palabra,
incluso la paciencia que perdimos
intentando controlar nuestro destino.
Todo, hasta nuestro corazón de entonces,
es hoy fría hechura de silencios,
pasión calcinada por los ojos y el fracaso.

Nuestra historia es un reloj
bruscamente detenido
cualquier tarde de aquellas.