2 nov 2008

En mi conciencia,
donde limito con la vida,
hay grietas que confunden
la muerte altísima y el alma
que tu amor me sueña.

Y en el sombrío espanto,
las grietas se abren
para mostrar el secreto,
la luz plomiza del verbo:
lo que el poema me entrega
si de nuevo tropiezo
con la nada furtiva
que me llena de arena.

Por eso, porque hay grietas
en lo más oscuro del sueño,
porque hay grietas,
confundo la realidad
con la extraña luz perfecta
que suele bañar tu cuerpo.