13 nov 2008

Balada del desengaño

No habrá redención aquí,
en la encrucijada absoluta
que el poema, con su negra savia,
ha nutrido de rabia inconsolable.
Rebélense contra el dolor
aquellos que estén en posesión
de una respuesta por sus crímenes.
Pues yo ya no sé sufrir. Y sangro.
Sólo trato de cobrar el mismo daño
con una hermosa frase de venganza.
Que, porque el dolor es la clave,
el poema arderá conmigo
en la turbulenta noche
que precede a la nada.
Que el amor que he sentido,
y el daño que este dejara en mí,
son ya la misma cosa:
un rencor triste,
una ronca palabra,
un cielo oscuro, sólido, un vacío
que ya no surcarán los mismos pájaros.