12 oct 2008

La realidad puede estar en cualquier parte.
Pero sólo de tu grácil mano
percibo el pulso melancólico de la vida.
Sólo de tu mano bondadosa
albergo la sonrisa de los otros.

Porque estoy muerto, amor.
Y ha sido todo en vano.
De nada sirvieron los grandes paliativos,
el alcohol, la poesía, el silencio.
He muerto de vivir soñando.

La realidad puede estar en cualquier parte.
Pero no es la vida que buscamos.